Revisando entre mis archivos antiguos, encontré el primer logotipo que diseñé por cuenta propia.
¡Wow! Me hace ver cuánto he evolucionado como creativo. Y por lo que veo, no tenía muy claras ciertas reglas de composición básicas, jajaja… como demasiados elementos, una mala elección de tipografía y bastantes colores reunidos.
El dueño de un cibercafé (donde iba a imprimir mis trabajos de la universidad), al darse cuenta de que estudiaba diseño gráfico, me pidió diseñarle el logo y mascota oficial para una idea que quería emprender: rentar una computadora y poder, disfrutar al mismo tiempo, de servicios de cafetería. Nunca supe si lo llevó a cabo, pero lo más importante para mí fue que le gustó el resultado y recibí mi primer pago como profesionista.
Experiencias como ésta (un buen cliente, el que depositen la confianza en tí y recibir la aprobación de tu propuesta) definen si lo tuyo es esta carrera o no. Mi caso, por supuesto, fue el primero.
