Diseño de material didáctico para niños con autismo.

Quiero compartirles mi granito de arena en el tratamiento para el autismo, el cual me permitió, no sólo titularme con el proyecto, sino además fusionar el diseño gráfico con la psicología de forma exitosa: se trató de un material didáctico que ayudaría a niños con el síndrome a reconocer las emociones básicas como el miedo, la tristeza o la alegría.

Este proyecto nació, inspirado en un caso familiar: una tía que, por cuestiones de la vida, da a luz a dos niños con dicha condición cognitiva. Y si el autismo, por manifestarse en un individuo de entre miles resulta poco común, el que sea compartido entre hermanos lo es aún más. ¿Los síntomas? Principalmente un comportamiento y ademanes extraños al comunicarse o moverse, muestra muy poco o nada de interés por relacionarse con las personas, aferrado(a) a realizar actividades en base a rígidas rutinas, no mira directamente a los ojos cuando se les habla, y no responde con algún estímulo cuando alguien les sonríe. ¡Qué complejo!

Para ello conté con la valiosa ayuda del Instituto Domus, ubicado en la colonia Del Valle, Ciudad de México donde, con el consentimiento de los directivos y la supervisión de las educadoras, observé tanto los comportamientos de los niños con autismo como los materiales didácticos que se usaban para sus rehabilitaciones cotidianas, principalmente con pictogramas sobre un tablero. Así fue como llegué a la conclusión de que las imágenes jugaban un papel muy importante para que ellos asociaran las ideas con los nombres.

Fuente: burbujadelenguaje.blogspot.com

De ahí me surgió la idea de crear, originalmente, un cuento ilustrado que retuviera lo suficiente la atención en los niños para que asimilaran mejor las emociones básicas, incorporando los pictogramas en la narración de la historia.

Ya tenía la idea principal, pero después me vino la duda: ¿qué historia contar? Lógicamente debía tratarse de algo simple e inocente pero al mismo tiempo entretenido y que cumpliera con el objetivo pedagógico. Y pensé: si el tema central son las emociones, lo que debía predominar es el factor humano para poder generar mayor empatía. Fue así que decidí incluír en el cuento a un niño y una niña (quienes representan la interacción entre un ser humano con otro) y un factor clave que se convertiría en la piedra angular de todo: un oso de peluche.

Elegí desarrollar el cuento bajo el título ¿Dónde está Pipo? que ejemplifica el concepto principal: un niño (el cual no tiene nombre) adora a su oso de peluche. Un día deja a su juguete favorito cerca de la ventana de su cuarto sin darse cuenta que estaba mal colocado, por lo que accidentalmente cae fuera de ella. Al llegar después el niño y darse cuenta que el osito ya no se encuentra, se pone muy triste y decide emprender la aventura de buscarlo. es aquí donde conocerá a su vecina, la cual es una niña, con la que nacerá una amistad a lo largo de la historia.

Diseño original del niño y la niña. Más adelante se realizarían algunos cambios.
Modelado en tres perspectivas de los personajes principales.
Como necesitaba ver cómo luciría el personaje con diferentes estados de ánimo, hice algunos bocetos… ¡Nada mal!
Una de las páginas del cuento, ordenado en una hoja tamaño carta para mandarse a imprimir.
Éste es el oso de peluche quien, por accidente, cae desde la ventana.

Una vez terminado el libro, comenzaría lo interesante pero, a la vez, difícil: aplicarlo en los niños y saber qué tan eficaz era el material didáctico.

Así reaccionaron Diego y Celine, dos de los niños elegidos para evaluar el primer prototipo, en el Instituto Domus. Cada uno con un diferente grado de autismo.
También se probó el prototipo con Alexis y Gael, hijos de mi tía que mencioné al principio. Cabe mencionar que el espectro autista del segundo es más profundo que en el primero.

Durante las sesiones observé que al principio a los niños les llamaba la atención las ilustraciones y les preguntaban a las educadoras qué era lo que veían en algunas láminas, pero pasando los 5 minutos en promedio su mente se dispersaba y dejaban de interesarse por el material gradualmente. Así que llegué a la conclusión de que era necesario cambiar el formato del soporte para volverlo más interactivo.

Fue así como la idea original terminó en un rompecabezas ilustrado, el cual consiste en cuatro minicuentos de tres piezas, cada una con una ilustración al frente que relata parte de la misma. Viendo que algunos niños con autismo tienen problemas para agarrar objetos con las manos, se les agregó una pequeña base cilíndrica rectangular que sobresale de la pieza para facilitarles la manipulación de la misma.

Una vez hechas las modificaciones, se probó el segundo prototipo, y éstos fueron los resultados:

Tanto Diego como Celine interactuaron mejor con el prototipo; observen cómo ella sostiene una de las piezas con más facilidad.
Con Alexis y Gael también se reflejó la buena decisión de los cambios en el soporte.

Tanto en el caso de Diego y Celine como en el de Alexis y Gael, hubieron resultados significativos en varios aspectos:

  • Se favoreció más la concentración en el material por parte de los niños, al volver interactivas cada una de las piezas que conformaba el cuento y permitir que ellos mismos la fueran narrando.
  • Se optimizó la ergonomía del material al incluír la pequeña base cilíndrica, lo que influyó en el motor fino de los niños con deficiencia en dicha habilidad (es decir, la manipulación de los objetos con los dedos) de forma positiva.
  • Hubo un buen reconocimiento en varios estados de ánimo, en especial la tristeza y la alegría. Sin embargo, habría que hacer algunos ajustes en aquellos que pasaron más desapercibidos.

En lo personal este proyecto me dejó la satisfacción de saber que no es necesario ser todo un experto en el tema del autismo, si de querer ayudar se trata, pues al final de cuentas lo que importa es el interés, la dedicación y la observación que se inviertan durante la investigación. Y los principales beneficiados serán niños con capacidades diferentes que en un futuro se convertirán en adultos mejor adaptados a la sociedad y capacitados para ser lo más independientes posibles.

Me encantará saber tu opinión. ¿Crees que hicieron falta ajustarle más detalles al material didáctico para hacerlo más funcional? ¿Cuáles otros se te ocurren?

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