Entre las tantas opciones culturales que abundan en la Ciudad de México para romper con la rutina de la semana, me llamó la atención una en particular (no sé si fue su relación explícita con el diseño, o el simple hecho de que se daba lugar en uno de mis museos favoritos), y como la curiosidad era tan fuerte decidí hacerle caso a mi intuición y averiguarlo por cuenta propia.


Al llegar a la sala de exhibición observé, con alegría, que aquellos días de recién empezada la cuarentena donde el encierro y los espacios públicos desolados eran el panorama predominante están por convertirse en un amargo recuerdo. Y es que había una cantidad aceptable de visitantes, obvio, respetando las medidas de higiene. Y es por una simple y palpable razón: la experiencia de contemplar una galería en persona es insuperable y más genuino, comparándolo con ver un simulador de la misma en la pantalla de la computadora.

En lo personal nunca había escuchado, leído o visto algo sobre Alexander Girard, pero el darme cuenta de que se había montado toda una exposición en torno a él me llamó la atención. Así que, estando ya en la galería, comencé a leer los textos colocados en las paredes y descubrir qué tan importante era este creativo.

Siendo un estadounidense con fuertes influencias italianas, Alexander Girard (1907-1993) fue un profesionista muy prolífico y multifacético que se movió en varias áreas creativas: diseño gráfico, diseño textil, diseño de interiores, diseño de mobiliario y obras con un estilo más artístico.




Para él, la imaginación no tenía límites y la volcó en varios formatos y soportes: papel, tela, tapices, cerámica, madera, etc. Conforme adquiría más experiencia y se inspiraba en fuentes tales como el arte popular, fue construyendo un estilo gráfico propio el cual se caracterizaba por su simpleza, elegancia, colorido y originalidad. Tal fue su poder creativo que, incluso, ¡inventó su propio país y diseñó sus mapas, banderas, monedas, lenguajes y códigos secretos!



Él siempre sintió una fascinación por el arte popular, pues vio en ellos varias cualidades como el ser hechos a mano, estar compuestos de materiales sencillos y la simpleza de sus diseños. Cabe mencionar que, entre su colección personal (que consta de aproximadamente 10,000 obras provenientes de todo el mundo), se encuentran representaciones del Día de Muertos mexicano.



Les recomiendo echarle un vistazo especialmente a todo el proceso de identidad corporativa que creó para el restaurante La Fonda del Sol, así como el de Braniff International Airlines.




Sin duda alguna, esta exposición tiene mucho que mostrarte en tan poco espacio y con un costo de entrada de $70 MXN. Las salas cuentan con aire acondicionado, una sala en el centro para tomar un pequeño descanso y mucha creatividad desbordada en cada una de las piezas que lo conforman. Ideal para disfrutarlo en familia un fin de semana.

